Monday, November 12, 2012

Español México - España

La primera impresión que produce el español de México es que se trata de un habla conservadora. En efecto, no son pocos los casos en que el habla de México ha conservado modos antiguos de decir, sin dejarse influir por las innovaciones realizadas en otras zonas de la comunidad lingüística hispana. El hecho de que algunas voces o expresiones ya desaparecidas en el habla de España se sigan oyendo en México es la razón por la cual se ha señalado el arcaísmo como característica del español mexicano. Son arcaísmos respecto a España expresiones como: se me hace (me parece), ¿qué tanto? (¿cuánto?), muy noche, dizque, donde (usado como condicional en expresiones como: «Donde se lo digas, te mato»). Los arcaísmos resultan más evidentes en el vocabulario. Palabras ya olvidadas en España conservan vigencia en México: pararse (ponerse de pie), prieto, liviano, demorarse, dilatarse, esculcar, luego, recibirse (graduarse), etc.
En México no faltan rasgos de carácter rústico. Entre ellos, tal vez el más importante sea el de convertir los hiatos (término con el que se denomina la combinación de dos vocales que son elementos constituyentes de sílabas contiguas y que no forman diptongo) en diptongos: pior (peor), peliar (pelear), cuete (cohete), pasiar (pasear).
Llegado de España y una vez arraigado en México, empezó a vivir una nueva vida y a adquirir una personalidad propia. A partir del siglo XVI empezó su desarrollo, alcanzando soluciones distintas a las obtenidas en España. Entre los cambios que experimentó el español de México, se cuentan:
  • desarrollo de las perífrasis del gerundio: «voy llegando» (acabo de llegar), «voy acabando» (estoy a punto de acabar), «vamos haciendo una cosa» (hagamos una cosa), «y un día, ¡que lo va viendo el profesor!»;
  • uso del adverbio siempre en el sentido de definitivamente: «siempre no voy a ir al cine»;
  • uso de la preposición hasta, que no expresa el límite de la acción, sino su inicio: «viene hasta las dos» (no viene hasta las dos), «hasta ayer lo compré» (apenas ayer lo compré);
  • abundancia de construcciones con el verbo andar: «se anda cambiando de casa», «anda todo el día sentado, sin hacer nada»;
adverbialización de adjetivos: «venía muy rápido»,«huele feo», «me cae gordo», etc.



México
España
Atún
Atún, bonito
Baño
Baño, retrete
Botana
Tapas, pinchos
Jugo
Zumo
Mesero
Camarero
Rasurar
Afeitar
Recámara, cuarto
Habitación
Refacción
Repuesto
Refrigerador
Frigorífico, nevera
Renta
Alquiler
Res
Ternera
Rin
Llanta
Salón
Aula de clase
Toronja
Pomelo

Influencia náhuatl 
En la diferenciación del español de México influyó el sustrato indígena, principalmente náhuati, sobre el que se depositó la lengua castellana. Sin embargo, si bien en el léxico su influencia es innegable, apenas se deja sentir en el terreno gramatical. En el vocabulario, además de los mexicanismos con los que se ha enriquecido la lengua española, como tomate, hule, chocolate, coyote, petaca, etcétera; el español de México cuenta con muchos nahuatlismos que le confieren una personalidad léxica propia. Puede ocurrir que la voz náhuatl coexista con la voz española, como en los casos de cuate y amigo, guajolote y pavo, chamaco y niño, mecate y reata, etc. En otras ocasiones, la palabra indígena difiere ligeramente de la española, como en los casos de huarache, que es un tipo de sandalia; tlapalería, una variedad de ferretería, molcajete, un mortero de piedra, etc. En otras ocasiones, la palabra náhuatl ha desplazado completamente a la española. tecolote, atole, milpa, ejote, jacal, papalote, etc. Son muchos los indigenismos que designan realidades mexicanas para las que no existe una palabra castellana: mezquite, zapote, jícama, ixtle, cenzontle, tuza, pozole, tamales, huacal, comal, huipil, metate, etc.

http://szamora.freeservers.com/espmex.htm
González Freire, José Manuel. El uso cotidiano de la lengua española en México (2005) Universidad de Colima.

No comments:

Post a Comment